Este pueblo se ubica a casi 2.500 metros sobre el nivel del mar, en el borde norte del Salar de Atacama, en una área de gran interés arqueológico y turístico. Se emplaza en uno de los tantos oasis que deben su origen a las lluvias que produce el “invierno boliviano” en el Desierto de Atacama, el más árido del mundo. Por eso, es posible presenciar vegetación realmente exuberante, formada por Chañares, Algarrobos y Pimientos.
